En el proceso de producción de narrativas por parte de los estudiantes de los cursos de Redacción I y Redacción II, en el programa de Comunicación Social-Periodismo, se posibilitaron los acercamientos con el género narrativo y los microrrelatos para establecer un diálogo con la propuesta narrativa que permite expresar una emoción fuerte y movilizar en el lector el impacto que se establece en la elipsis (supresión de algún acontecimiento dentro de la linealidad temporal del relato o la historia) que plantea el texto.
Es por esto que los ejercicios derivados de la escritura creativa en el aula se fundamentan en la producción de textos que surgen del reclamo de la palabra por interpretar el mundo; en este sentido, como punto de partida se debe leer diferentes tipos de narrativa, de hecho, se deben evitar las lecciones moralizantes o de historias que establecen el lugar común basado en la felicidad total de los personajes. Al respecto, movilizar las emociones en torno a la comprensión de lo humano favorece la creación de ambientes verosímiles y transgresores en las propuestas que se lograron producir.
Este ejercicio, en suma, valioso, permitió la resignificación de los aspectos literarios en relación con el proceso de escritura que se deriva de las comprensiones que tienen los estudiantes del género narrativo y exponen la plurisignificación de lo contado, esto permite que el lector dialogue con el texto en función de su carga interpretativa. Por esto, la producción de los microrrelatos favoreció el desarrollo de la brevedad, la elipsis y la concisión que fundamentan las reacciones de sorpresa, perplejidad o provocación que plantean los autores.
Es importante mencionar que en el proceso de producción textual de narrativas se pudo desarrollar el cuento como la posibilidad de oponer los aspectos de brevedad, elipsis y concisión del microrrelato para establecer una propuesta narrativa derivada de un conflicto y con la transformación de los personajes o situaciones. En este sentido, los estudiantes participaron del Concurso Nacional de Escritura y once cuentos pasaron la primera fase.
En consecuencia, es necesario generar espacios de creación y producción textual para que se cierre la brecha existente con la escritura. En definitiva, hay que leer y escribir para contar el mundo, interpretarlo, conflictuarlo, resignificarlo y, por supuesto, narrarlo.
Quiero exaltar el proceso de producción y agradecerles a los estudiantes que sienten y viven la literatura, espero que los lectores valoren la estética y trasgresión de lo dicho.
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Sandra Reyes Ramírez
Docente
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